Página del Portal José Zuleta
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MIRAR OTRO MAR
José Zuleta Ortiz
4 de Septiembe de 2006
Otra imagen de la carátula: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/img-literatura/mirar-otro-mar-2.jpg
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José Zuleta Ortiz. Foto en la solapa de la carátula.
Fotografía (mayo 25, 2006)* y multimedia: María Isabel Casas R. , de NTC …
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BOCETO CON PELÍCANOS
Por el Paso del Tigre agua clara,
profunda.. .
Cerca de allí las sonrientes bahías de Málaga
y de Buenaventura.
Las cuadernas y el maderamen
de la nave crujen;
celosa, casi se vira
sobre las verdísimas y azules...
rasantes líneas en el aire,
lanzas de pluma
estallan contra el oleaje
tras el brillo del hambre.
El calafate deja entrar el mar...
Hacemos agua...
Al fondo está Juanchaco,
la sierra frita,
la cerveza helada,
y el estero...
donde crucrucrea la piangua.
+++
Fue durante esa naranja,
durante el verde de sus luces,
intermitentes aleteaban sus párpados
mirando, comprendiendo...
Fue alrededor de esa tarde,
durante la acidulce naranja.
Arracimadas las palabras no dichas.
La proa del mentón sollozando,
rompiendo corales de colores.
Fue durante esa naranja
casco a casco...
cuando por no ser dicha
se arruinó nuestra dicha.
* * *
Cantar dentro de ti
Lo mejor de ti son tus silencios
espera de mango,
distancia de naranja,
recuerdo de fragancias,
hambre de pomas rosas,
ausencia de peces
bajo el agua.
Ver tus manjares intactos
tu hambre,
tu sed de voz, de charla,
de mano en mano.
Sólo pienso en tu noche central
en la ardida agitación de tus laderas
vencer el trigo de tu verano
erguirme en ti
y cantar adentro.
* * *
Intensidad
En las arduas colinas
ha cesado la lluvia,
las hermanas duermen
la siesta de la tarde,
el ramal crea las sombras,
cruza leve la luz
y se detiene a ofrecernos
con la intensidad de un milagro
el nítido fulgor del metal
engastado en el lomo
del escarabajo.
* * *
Insectos
Frenéticas vidas rutilantes,
joyas aladas,
engastadas presencias...
luciérnagas, gotas
en la noche encendidas...
leves invitaciones en el aire
fulgores apacibles,
fugaces sonrisas del misterio
nocturno.
* * *
Gratitud
Atisbo la infancia como un débil fulgor
de imágenes remotas.
Atrás todo es soluble:
recuerdos confundiendo aromas y sabores,
infancia y sed, caricias y castigos.
Música en el silencio del patio.
Esplendor de una niña cruzando la paz de
mi nombre,
el gato dormido sobre el perro que sueña,
la radio cantando, el vapor, las lentejas,
la salvadora voz de una madre reciente
entibiando el miedo de la noche.
La armonía de palabras que leía mi padre,
los globos ardiendo en el aire feliz
de las noches de diciembre,
la luz casi mía en los ojos de mi hermano,
mis hermanas bañándose en la lluvia.
El placer glaciar de un helado de lulo,
el conejo de la luna en la luna,
el mensaje perdido en la cometa enredada,
el mar inaugurando la alegría del cuerpo.
La fugaz emoción del pez en mis manos,
el ladrón de Bagdad,
la enfermera, el remedio de su risa,
el ajedrez donde fui peón, dama y monarca,
la nariz reventada por el honor de mi casa.
el susurro de azúcar en la flauta traversa.
La nítida sorpresa de un pájaro,
la oración que aprendí a escondidas y que decía
en silencio para no molestar
al padre ateo que Dios me dio.
Atisbo la infancia disuelta en olvidos
y sé que en ella está todo cuanto puedo cantar.
LA PLENITUD DEL GOCE EN MIRAR OTRO MAR DE JOSÉ ZULETA
En Las alas del súbdito encontramos una preocupación del autor, que será una constante en toda su obra, por los sucesos tristes de nuestro país, por esas situaciones que despedazan el alma y que por lo visto nos acompañarán largo tiempo: como en Sala de espera, “las camillas con miedo, con dolor,/ con comas… La ambulancia aúlla, la señora llora,/ la niña grita y el policía/ pregunta.
RAFAEL ESCOBAR DE ANDREIS
Contracarátula. Texto de Elkin Restrepo
He aquí un libro diferente y a un poeta diferente. Por un don inestimable, a José Zuleta se le ha permitido hacer propia la magia natural de las cosas, sin artificios, ni retóricas intelectuales, que es lo que suele suceder entre nosotros. A sus poemas, claros, sensuales, espléndidos, aferrados a pequeños rituales y percepciones repentinas para repetirse a uno mismo como una oración, los mueve la gracia de quien confía a los sentidos y al poder de la belleza inmediata toda indagación en el mundo. Creyente, pues, de un orbe físico, más que de uno ideal, donde la abstracción no cesa de escamotearnos todo instante verdadero, logra que este hermoso libro resuma olor, color, emoción y goce. ¡Celebre el hecho de estar vivo!
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Es, en últimas, el itinerario de quien, animado por un aliento silvestre, adánico, conserva aún la inocencia y el asombro naturales que, a los demás, por una razón u otra, nos han sido arrebatados por el diario trajín.
Editora Lucía Donadío. -- Medellín : Hombre Nuevo Editores, 2006. 76 p. ; 12 x 17 cm. -- (Cántaro de luz) ISBN 958-8245-19-2 l. Poesía colombiana l. Tít. II. Serie. C0861.6 cd 20 ed. Al 090794
Director Editorial: Jesús Ma. Gómez Duque Editora: Lucía Donadío . hombrenuevo@une.net.co Apartado aéreo 50127, Medellín, Colombia.
Carátula: Diseño de Andrés Gómez Duque
Ilustración: "Jeroglíficos para el nuevo milenio", Oreste Donadío, óleo sobre lienzo.
Primera edición: Hombre Nuevo Editores, Septiembre 4, 2006
Distribución y ventas: ABC Libros, Cra. 50D No. 61-63 Teléfono: 284 42 02, Medellín, Colombia http://www.abclibros.net/ - info@abclibros.net
(El libro está disponible en el stand de Hombre Nuevo editores en la XII Feria del libro pacífico que se realiza en Cali , 8-18 de Septiembre, 2.006)
Printed and made in Colombia / Impreso y hecho en Colombia por Editorial Lealon, Medellín.
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El 16 de Noviembre de 2.006 fue invitado por el Centro Cultural OTRAPARTE (Corporación Fernando González - Otraparte ) http://www.otraparte.org/ , de Medellín, a presentar este libro y a leer algunos de sus poemas. Detalles de la invitación http://www.otraparte.org/actividades/literatura/josezuletaortiz.html
(Allí, además, poemas y un cuento del autor los cuales reproducimos más adelante.)
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POEMAS (unos pocos)VIDEO: José Zuleta lee el poema EPITALAMIO, página 60 del libro, durante la presentación de éste en evento de la Fundación de Poetas Vallecaucaunos (Nov. 30, 2006).
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EpitalamioAl lado del sendero florecía,
sin más razón que su propia belleza.
Nueva, fragante en la montaña
la vieron los ojos del cazador de instantes.
Los ojos luminosos del hombre
tocaron esa ingenua presencia,
sólo quería mirarla...
ella sabía ser
en la montaña un brillo,
como la luz, ese canto silente.
Leve, como la fragancia del agua.
Nueva, como el aire en la sangre.
El hombre de los instantes, supo:
la belleza es un fuego que llama,
es la hoja que vibra en el bosque.
Tal vez otras oscilen,
la que miramos vibró para ser vista.
Se abrió la puerta tantas veces cerrada
al nuevo brillo de su madura marcha.
La montaña reía al ver sus palabras,
al oír sus ojos encontrados
se estremecían los árboles.
El agua de los montes bañó sus cuerpos,
bautizó su credo.
Cabalgaron los lomos de la dicha.
En el gran corredor de las mañanas
una hamaca tal vez...
la penunbra olvidada,
la sombra interrumpida.
Visitando el crisol de nuevas joyas
buscando sólo luces,
canastas sucesivas,
tocando los extremos
de sus deslumbramientos
la encontraron.
Y así fue:
la belleza se agitó en la belleza
en el íntimo lugar del placer nacía la infancia,
la niña cabalgó los altos hombros del hombre.
Le devolvió los juegos, las canciones,
el aliento cachorro de su propia criatura.
El hombre aún persigue instantes de colores
de bellezas sabidas,
de merecidos gozos habituales.
La serena mitad de su centuria,
le ha ofrecido un saber que él sólo sabe:
dejarse ir en sí mismo,
deslizarse sobre su ventura.
Olvidado de buscar para encontrarse.
Por una vez no ser el cazador de instantes
ser el instante mismo.
Tomar el tiempo y detenerlo.
Decir que sí,
feliz de ser, en la belleza,
lugar en el lugar
lluvia escampada
cabalgador y cabalgadura,
de la montaña y de la tarde,
hoy al fin, un cazador casándose.
Para Janeth y Alvaro
sin más razón que su propia belleza.
Nueva, fragante en la montaña
la vieron los ojos del cazador de instantes.
Los ojos luminosos del hombre
tocaron esa ingenua presencia,
sólo quería mirarla...
ella sabía ser
en la montaña un brillo,
como la luz, ese canto silente.
Leve, como la fragancia del agua.
Nueva, como el aire en la sangre.
El hombre de los instantes, supo:
la belleza es un fuego que llama,
es la hoja que vibra en el bosque.
Tal vez otras oscilen,
la que miramos vibró para ser vista.
Se abrió la puerta tantas veces cerrada
al nuevo brillo de su madura marcha.
La montaña reía al ver sus palabras,
al oír sus ojos encontrados
se estremecían los árboles.
El agua de los montes bañó sus cuerpos,
bautizó su credo.
Cabalgaron los lomos de la dicha.
En el gran corredor de las mañanas
una hamaca tal vez...
la penunbra olvidada,
la sombra interrumpida.
Visitando el crisol de nuevas joyas
buscando sólo luces,
canastas sucesivas,
tocando los extremos
de sus deslumbramientos
la encontraron.
Y así fue:
la belleza se agitó en la belleza
en el íntimo lugar del placer nacía la infancia,
la niña cabalgó los altos hombros del hombre.
Le devolvió los juegos, las canciones,
el aliento cachorro de su propia criatura.
El hombre aún persigue instantes de colores
de bellezas sabidas,
de merecidos gozos habituales.
La serena mitad de su centuria,
le ha ofrecido un saber que él sólo sabe:
dejarse ir en sí mismo,
deslizarse sobre su ventura.
Olvidado de buscar para encontrarse.
Por una vez no ser el cazador de instantes
ser el instante mismo.
Tomar el tiempo y detenerlo.
Decir que sí,
feliz de ser, en la belleza,
lugar en el lugar
lluvia escampada
cabalgador y cabalgadura,
de la montaña y de la tarde,
hoy al fin, un cazador casándose.
Para Janeth y Alvaro
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Isaura vuelve a casa
VIDEO: José Zuleta lee su poeta Iasura vuelve a casa, página 52 del libro, en el evento Día Mundial de la Poesía (UNESCO) celebrado en Bogotá el 21 de Marzo de 2008.
Click en: http://www.youtube.com/watch?v=dSrqTd3PNgg -
Zuleta, Minutos: 4:12 a 6:15 . (En el video con otros poetas)
Video II de:
LOS IMPRESENTABLES ( http://www.eltiempo.com/participacion/blogs/default/un_blog.php?id_blog=3717838 )
DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA. Allí los otros dos videos ( bloglosimpresentables@gmail.com )
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Tumaco
Habrá que decir de ti, Tumaco,
de tu pequeña bahía,
de tu Boca Grande,
y más abajo de tu Río Mira.
Habrá que decir de tu belleza soleada,
de las muchachas sueltas,
de sus cuellos altos
y de la frescura del fútbol
que juegan tus muchachos.
Habrá que decir de los trasmallos
y su paciente espera
de la justa partición de la pesca.
La alegría descalza
transita por la arena
y sus cuerpos de abarco
brillan como la chonta
mojados por la lluvia, el mar y la fatiga.
En las redes que atraparon los peces
duermen...
tejen sueños de plata
de faenas, de aventuras,
de fugas embarcadas...
Se hamacan...
Los niños corren tras cangrejos naranjas
y sin saberlo se entrenan en el baile
y la gambeta que serán su destino...
El sol cae al mar y ya huele a leche
de coco en las cocinas de Tumaco.
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Isaura vuelve a casa
.
Dejas el suave valle que soñaron tus ojos,
asciendes los farallones destrenzando montañas,
alcanzas la cumbre, traspasas la niebla
y te vas deslizando por la rampa pacífica.
Atrás, Chicoral, el río Dagua, Lobo Guerrero, los túneles,
cruzas la puerta magnífica de piedra y de musgo;
sin verlo ya le sientes,
se pega, te abraza, el aire humedecido
anuncia su extensión inaudita.
Su sal aérea condimenta un sabor nuevo.
Al Iado de la carretera tejen chinchorros,
labran canaletes, reparan potrillos,
secan maderas, llueve, escampa, llueve,
aunque no le ves., todo lo predice
su salobre presencia inunda la sangre.
Al fin...
desde el pie de monte, la bahía:
encendidos entre la selva
los barcos trasatlánticos.
Hombres miran al mar,
atisban la señal de una linterna.
En el caney y el bulevar
marineros rojos bailan con negras de colores.
En los muelles del Piñal
el aroma dulce de las maderas
y el sonoro dominó de los estibadores
aguardan los buques y la selva aserrada.
Por las calles llovidas sartales de peces en las manos,
el whisky escocés en las aceras,
la tarde escampada en el malecón del parque.
Sobre las largas mesas del mercado
los encocados, las cazuelas.
El gusto del océano en la crema de jaiba
deja marismas en tu boca:
es el mar quien te saborea
y sabe feliz que ya llegaste...
asciendes los farallones destrenzando montañas,
alcanzas la cumbre, traspasas la niebla
y te vas deslizando por la rampa pacífica.
Atrás, Chicoral, el río Dagua, Lobo Guerrero, los túneles,
cruzas la puerta magnífica de piedra y de musgo;
sin verlo ya le sientes,
se pega, te abraza, el aire humedecido
anuncia su extensión inaudita.
Su sal aérea condimenta un sabor nuevo.
Al Iado de la carretera tejen chinchorros,
labran canaletes, reparan potrillos,
secan maderas, llueve, escampa, llueve,
aunque no le ves., todo lo predice
su salobre presencia inunda la sangre.
Al fin...
desde el pie de monte, la bahía:
encendidos entre la selva
los barcos trasatlánticos.
Hombres miran al mar,
atisban la señal de una linterna.
En el caney y el bulevar
marineros rojos bailan con negras de colores.
En los muelles del Piñal
el aroma dulce de las maderas
y el sonoro dominó de los estibadores
aguardan los buques y la selva aserrada.
Por las calles llovidas sartales de peces en las manos,
el whisky escocés en las aceras,
la tarde escampada en el malecón del parque.
Sobre las largas mesas del mercado
los encocados, las cazuelas.
El gusto del océano en la crema de jaiba
deja marismas en tu boca:
es el mar quien te saborea
y sabe feliz que ya llegaste...
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Mulatos
Encallados, náufragos del estero...
Isaura Reina arregla lisas y sierras.
El aguamanil brilla
sobre la esterilla de chonta.
En la cocina se habla de maremotos,
de marimbas, de hijos embarcados;
se pide a los niños que se endulcen
en agua de lluvia antes de la comida.
Raquel Estupiñán saca del caldero
monedas doradas... les brizna sal...
Don Pío cruza la tiniebla azul,
toma de la mesa un patacón
lo muerde, sorbe café...
Con una concha de piangua
don Santiago
ralla coco para hacer arroz...
En la hamaca un hombre ciego
espanta jejenes con su gorra
mientras respira los aromas
y adivina el menú...
El viento empuja el día
A la noche.
En el aceite hirviente
El coletazo final de las lisas…
El arroz encocado,
La limonada en la jarra.
Con la última luz comen y cantan.
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-
-
ENSENADA DE UTRÍA
Entre la selva el mar
sobre la lluvia llueve,
aire, tanto aire
agua, tantas aguas
verde, todos los árboles
peces, todos los días.
Solo Salomón solo,
solas sus dos mujeres.
Varada la ballena jorobada,
única playa blanca
entre las playas grises.
Nadie nada en la noche
el día duerme en la lluvia
fiesta de los cangrejos.
El sol a veces sol...
Noche
Cuerpos del África arden,
maduras marimbas timban,
llueve sobre la lluvia...
llueve...
en la hamaca cantan ya
frescas muchachas.
-
Bahía Solano
Cintura pacífica del agua,
espalda del país,
caricia en el rostro de la selva.
Viento de cola,
susto de las naves.
Un campo de aviación
sumergido en la lluvia.
Recalados en las pescaderías
los hombres aguardan,
las mujeres se mojan,
la tarde se desliza...
la vida escampa.
El vientre amarillo de las albacoras,
manojo de toronjil al agua hirviente.
En la torre de control espantan el ganado,
melancolía de la naranja en la mano.
Pastores del clima miran el cielo...
ya no importa:
tampoco hoy habrá vuelo en Bahía Solano.
-
El Bajo Sanjuán
Abarcos, natos, zapanes,
caobos y chaquiros
abatidos...
De la selva al estero,
en el agua, la sal, ya no en el aire...
flotan.. .
La senda fresca
los conduce cantando
a los sabios carpinteros de ribera.
Allí escrutan sus formas:
quillas, costillares, codastres,
la roda, las cuadernas...
Elegidos, señalados,
van a los astilleros
de mangle y de palmiche.
Armadores del bosque
contemplan su quieta majestad
su manso acogimiento
y la inamovible espera
se hace nave...
Ahora felices,
dóciles viajeros del estero...
de los brazos del río
de los arduos recodos,
de las desembocaduras.
Tocando las aldeas...
los muelles de ribera...
traficando la vida del estuario.
Cuando lleguen al mar
y se sientan mecidos por
tumultuosas aguas
recordarán que alguna vez fueron aire
y que plantados
aguardaron que su quietud
fuera este viaje.
++++
Poemas de José Zuleta Ortiz. http://josezulor.blogspot.com/
Tomados de su libro “Mirar otro mar”. http://jozulor-mirar.blogspot.com/
Primera edición. Hombre Nuevo Editores, Medellín. Septiembre 2006.
Escaneó: NTC … Mayo 22, 2011
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FIESTAS DE GUAPI
En los palenques bailan
Juga.
Canoas duermen,
cardúmenes escapan,
arrullos.
Chontaduros maduran,
llovizna sobre el cinc,
en los palafitos jureles y albacoras
currulaos.
Canastas suspendidas
en el coral del ritmo,
la marea subiendo,
hombres bajando,
jóvenes negras desnudas
bañándose
aguabajo.
---
En los palenques bailan
Juga.
Canoas duermen,
cardúmenes escapan,
arrullos.
Chontaduros maduran,
llovizna sobre el cinc,
en los palafitos jureles y albacoras
currulaos.
Canastas suspendidas
en el coral del ritmo,
la marea subiendo,
hombres bajando,
jóvenes negras desnudas
bañándose
aguabajo.
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BOCETO CON PELÍCANOS
Por el Paso del Tigre agua clara,
profunda.. .
Cerca de allí las sonrientes bahías de Málaga
y de Buenaventura.
Las cuadernas y el maderamen
de la nave crujen;
celosa, casi se vira
sobre las verdísimas y azules...
rasantes líneas en el aire,
lanzas de pluma
estallan contra el oleaje
tras el brillo del hambre.
El calafate deja entrar el mar...
Hacemos agua...
Al fondo está Juanchaco,
la sierra frita,
la cerveza helada,
y el estero...
donde crucrucrea la piangua.
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Otros poemas del libro tomados del portal de OTRAPARTE: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/josezuletaortiz.html
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Tiempo acidulce
Fue durante esa naranja,
durante el verde de sus luces,
intermitentes aleteaban sus párpados
mirando, comprendiendo...
Fue alrededor de esa tarde,
durante la acidulce naranja.
Arracimadas las palabras no dichas.
La proa del mentón sollozando,
rompiendo corales de colores.
Fue durante esa naranja
casco a casco...
cuando por no ser dicha
se arruinó nuestra dicha.
* * *
Cantar dentro de ti
Lo mejor de ti son tus silencios
espera de mango,
distancia de naranja,
recuerdo de fragancias,
hambre de pomas rosas,
ausencia de peces
bajo el agua.
Ver tus manjares intactos
tu hambre,
tu sed de voz, de charla,
de mano en mano.
Sólo pienso en tu noche central
en la ardida agitación de tus laderas
vencer el trigo de tu verano
erguirme en ti
y cantar adentro.
* * *
Intensidad
En las arduas colinas
ha cesado la lluvia,
las hermanas duermen
la siesta de la tarde,
el ramal crea las sombras,
cruza leve la luz
y se detiene a ofrecernos
con la intensidad de un milagro
el nítido fulgor del metal
engastado en el lomo
del escarabajo.
* * *
Insectos
Frenéticas vidas rutilantes,
joyas aladas,
engastadas presencias...
luciérnagas, gotas
en la noche encendidas...
leves invitaciones en el aire
fulgores apacibles,
fugaces sonrisas del misterio
nocturno.
* * *
Gratitud
Atisbo la infancia como un débil fulgor
de imágenes remotas.
Atrás todo es soluble:
recuerdos confundiendo aromas y sabores,
infancia y sed, caricias y castigos.
Música en el silencio del patio.
Esplendor de una niña cruzando la paz de
mi nombre,
el gato dormido sobre el perro que sueña,
la radio cantando, el vapor, las lentejas,
la salvadora voz de una madre reciente
entibiando el miedo de la noche.
La armonía de palabras que leía mi padre,
los globos ardiendo en el aire feliz
de las noches de diciembre,
la luz casi mía en los ojos de mi hermano,
mis hermanas bañándose en la lluvia.
El placer glaciar de un helado de lulo,
el conejo de la luna en la luna,
el mensaje perdido en la cometa enredada,
el mar inaugurando la alegría del cuerpo.
La fugaz emoción del pez en mis manos,
el ladrón de Bagdad,
la enfermera, el remedio de su risa,
el ajedrez donde fui peón, dama y monarca,
la nariz reventada por el honor de mi casa.
el susurro de azúcar en la flauta traversa.
La nítida sorpresa de un pájaro,
la oración que aprendí a escondidas y que decía
en silencio para no molestar
al padre ateo que Dios me dio.
Atisbo la infancia disuelta en olvidos
y sé que en ella está todo cuanto puedo cantar.
+++
RAFAEL ESCOBAR DE ANDREIS
Texto presentado y leído por el autor en el evento de lanzamiento del libro el Noviembre 30 de 2006 en Cali, evento de la Fundación de Poetas Vallecaucanos. (Click sobre la imagen para ampliarla)
Aunque en La línea de menta, persiste esa inquietud por lo social, por los abigarrados nubarrones que amenazan constantemente con aplastarnos, no deja de hacer presencia en este libro, como más adelante veremos, el goce, el humor y el disfrute con el lenguaje. Aclaremos que referente a lo social, se logra con el arte del oficio, tomar distancia.
Mencionamos primero el título de algunos de los poemas de este libro y enseguida unos pocos versos de cada uno, excepción hecha de Música para desplazados, poema premiado cuya difícil lectura casi está reservada al propio autor; En el andén de la galería Alameda: “derrotados en la guerra del andén/ para volver al monte azul donde/ la vida es una guerra perdida”.
12 De octubre de 1.492: “supo que el oro sería la ruina de América/ que su brillo fatal relumbraría en los naufragios”.
Informe anual: “arrasando/ atestando de carne deprimida/ la nevera del mundo”.
Rojo, amarillo y verde: “El rojo para que los niños se monten/ unos sobre otros y se quemen las manos”.
Lo que resalto no posibilita que se pase por alto el juego permanente del lenguaje, la ironía, el deleite con el sonido de las palabras como en Canción con Z, Menú y a veces hasta nos haga partícipes de una triste tragedia cotidiana, intentando matizarla por un juego infantil que no logra esfumar el horror, como en O,A
Después de este rápido recorrido por la poesía de José Zuleta, estoy convencido que una sola expresión no es capaz de definirla, sin embargo insisto en que en Mirar otro mar, lo que siento es el goce en toda su plenitud o la plenitud del goce.
Goce por un árbol, goce por el mar, goce al cocinar, goce de cuerpos compartidos, goce al comer, goce por el pez, goce por un helado, goce al ver, goce al observar, goce al escribir.
Incluso llega a extremos de mostrarnos con sosiego y hasta divertimento, el dolor de los amores idos: “sólo quedó el silencio de su perfume” o en aquella palabra que: “cuando por no ser dicha/ se arruinó nuestra dicha” donde logra el certero asocio de dos palabras homónimas.
Sea ahora el momento para constatar que un poco más de la mitad de estos poemas, tienen o bien como tema central o bien una relación importante con los alimentos, con palabras del lenguaje culinario, con el hambre, con los postres. Con todo ese ritual de la preparación y el disfrute que constituye la gastronomía, que forma parte de la cultura y como tal nos diferencia de otros seres vivos. Cuentan que Heráclito de Éfeso le dijo a sus amigos que lo encontraron calentándose en la cocina: “Entrad que también aquí están los dioses”.
Mirar otro mar no le pone trampas al lector, no vuelve a propósito, un poema críptico o retórico, lo invita a jugar ese juego interminable del lenguaje. Lo convida a una fiesta y a un viaje por un mundo de olores, sabores, sensaciones, recuerdos, texturas y afectos. A veces, como en 3 A .M. no lo suelta hasta el final y lo deja con una pregunta: ¿la habré dejado abierta?
En Salmo de los días podría uno creer que se dan pistas. No. No es una adivinanza. El autor se recrea, voltea y voltea el alimento: “lluvia en la boda/ cinta clara de los días/ en el sereno costado del plato”. No es una yincana. La regla del juego para el lector es, como para el autor, el goce, regodearse, desaprisarse.
Quizá para entrar en este libro necesitemos ver pero en el sentido de “suspender lo sabido para que los anteojos del ya lo conozco no nos empañen la vista” como se expresan Krystyna Libura y Arturo Viveros, sobre la poesía de Wislawa Szymborska.
En Placer glaciar, confieso que me llegó con retraso la iluminación: “esfera láctea…
alquimia de las frutas/ que fueron pausa dulce/ en la veloz infancia… punto final del festín”. Pero qué placer cuando sentí que coincidíamos en la delicia del objeto innombrado que con alegría irrumpió a través de las imágenes.
En 5:30 A.M. “en la red de atrapar mariposas/ campesinos anónimos han puesto ya sus dádivas… y atrapo la verdad de su aroma perfecto”
En esta serie de poemas mencionados no se dice, ni siquiera al final, de qué se trata, pero el juego de las imágenes sólo le pide al lector una desprevenida atención, una lectura gozosa y con todos los sentidos en carne viva.
Es tan abierta la relación del autor con el lector, por decirlo de alguna manera, con las cartas sobre la mesa, desprovisto de toda intención de dejarlo como “dos de queso y tres de panela” que en varios poemas, después de un recorrido sembrado de imágenes, le comunica con sencillez, sin sobramientos, y de una manera escueta de qué se trata. No voy a citar estos finales para permitir que ustedes gocen de la sorpresa cuando el autor los lea.
Sólo en un poema se atreve a “jugar en serio” y lo llama Adivinanza.
El goce de que hablamos es también erótico, pero por supuesto, y qué difícil es hacer poesía erótica, quedarse con lo que decía León De Greiff de la poesía: “lo que no se dice, que apenas se sugiere” como en estos fragmentos: “mañana cuando la vecina/ tome el sol, habrá más dádivas/ redondas sobre el césped” y este otro: “sólo pienso en tu noche central/ en la ardida agitación de tus laderas/ vencer el trigo de tu verano/ erguirme en ti/ y cantar adentro”.
Quiero para finalizar, en un intento por lograr una mejor mirada de este país, del que a veces sospechamos que empeora, tener la compañía para mí y para ustedes de estos versos:
“Que en la pausa gris de sus ausencias
sepamos algo,
luz o sombra, para seguir,
para creer,
para saber que en la noche,
frente al fuego
habrá un momento para la fatiga,
para el reposo, para el alimento
y alguna cálida palabra antes del sueño.
Noviembre de 2006
++++
-
-
Para volver al contenido click en: José Zuleta ( http://josezulor.blogspot.com/ )
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COMPLEMENTACIONES a JUNIO 30, 2015
Presentación del libro MIRAR OTRO MAR
y lectura de poemas por su autor,
en OTRA PARTE, Envigado. ANTIOQUIA
16 de Noviembre, 2006
AUDIO (Una hora)
http://www.otraparte.org/voces/mp3/20061116-jose-zuleta.mp3
Matriz: Voces de Otraparte
http://www.otraparte.org/voces/index.html
EVENTO: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/josezuletaortiz.html
Agradecemos la información y el enlace a
Gustavo A. Restrepo Villa, Director de OTRAPARTE
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COMPLEMENTACIONES a JUNIO 30, 2015
Presentación del libro MIRAR OTRO MAR
y lectura de poemas por su autor,
en OTRA PARTE, Envigado. ANTIOQUIA
16 de Noviembre, 2006
AUDIO (Una hora)
http://www.otraparte.org/voces/mp3/20061116-jose-zuleta.mp3
Matriz: Voces de Otraparte
http://www.otraparte.org/voces/index.html
EVENTO: http://www.otraparte.org/actividades/literatura/josezuletaortiz.html
Agradecemos la información y el enlace a
Gustavo A. Restrepo Villa, Director de OTRAPARTE
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